Las fiestas navideñas son una época para compartir momentos especiales con nuestros seres queridos. Sin embargo, cuando uno de ellos padece un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), estas celebraciones pueden convertirse en un reto tanto para ellos como para la familia. Las reuniones en torno a comidas abundantes, los comentarios “sin mala intención” y las dinámicas sociales pueden generar ansiedad y malestar.
En este artículo, te ofrecemos consejos prácticos para tratar a un familiar con TCA durante la Navidad, creando un ambiente de apoyo, comprensión y empatía.
1. Aprende sobre Navidad y TCA para apoyar a tu ser querido
Comprender qué implica un TCA es clave para brindar ayuda de forma efectiva. Estas enfermedades, como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón, no son elecciones personales ni cuestiones de voluntad. Son trastornos complejos que afectan tanto la mente como el cuerpo.
Dedicar tiempo a informarte sobre los TCA no solo te permitirá empatizar más profundamente con tu familiar, sino que también te ayudará a interpretar sus emociones y comportamientos de manera adecuada.
2. Crear un espacio de confianza
Para alguien con TCA, sentirse seguro en un entorno familiar es fundamental. Evita comentarios sobre su peso, apariencia o lo que comen o dejan de comer. En lugar de eso, enfócate en temas positivos y no relacionados con la comida, como recuerdos familiares, actividades compartidas o planes para el próximo año.
Una simple frase como “Estoy aquí si necesitas hablar” puede abrir la puerta a una conversación significativa y brindar un apoyo valioso.
3. Mira a la persona, no al problema
Es importante recordar que tu familiar es mucho más que su relación con la comida. Su valor no está definido por lo que come o deja de comer, sino por quién es como persona: sus talentos, su sentido del humor, sus sueños y la conexión que comparte con los demás.
Durante estas fiestas, evita centrarte en sus síntomas respecto a la comida y muestra interés en lo que realmente importa: quiénes son, qué sienten y qué los hace felices. Este enfoque no solo reducirá su estrés, sino que les recordará lo importantes que son para ti.
4. Evitar la presión en las comidas navideñas
Las cenas navideñas suelen estar cargadas de simbolismo y emociones, pero para alguien con TCA, estas pueden ser una fuente de estrés. Para ayudar, evita frases como:
- “Tienes que probar esto, está muy bueno.”
- “¿No vas a repetir? Te veo mejor, deberías comer más.”
Aunque bienintencionadas, estas expresiones pueden ser desencadenantes. Permite que tu familiar tome sus propias decisiones y busca opciones que les hagan sentir más cómodos, como ofrecer un lugar más tranquilo para comer o servir porciones personalizadas.
Ejemplo práctico:
Si la cena en grupo es complicada para ellos, sugiere actividades posteriores en las que puedan participar, como juegos o ver una película. Esto les dará la oportunidad de relajarse sin sentir presión.
5. Fomentar actividades más allá de la comida
La Navidad es mucho más que los banquetes. Planifica actividades que fortalezcan los lazos familiares sin girar en torno a la alimentación. Juegos de mesa, paseos navideños, decorar el hogar juntos o incluso intercambiar anécdotas divertidas de años pasados son excelentes formas de compartir tiempo y construir recuerdos significativos.
Ideas para compartir:
- Crear adornos navideños caseros.
- Hacer listas de música navideña juntos.
- Organizar una tarde de películas clásicas de Navidad.
6. Respetar su proceso terapéutico
Cada persona vive el TCA de manera única, y sus necesidades pueden variar día a día. Respetar su ritmo y sus límites es crucial. Si está en tratamiento, muestra interés genuino en su progreso, pero evita presionar o asumir un rol terapéutico.
Tu apoyo consiste en acompañar desde el respeto y la empatía, dejando el tratamiento en manos de profesionales.
7. Cuida de tu propio bienestar
Ayudar a alguien con un TCA puede ser emocionalmente exigente. No olvides cuidar de ti mismo para estar en condiciones de brindar apoyo. Hablar con otros familiares, buscar ayuda de psicólogos en una terapia individual para ti o unirte a grupos de apoyo para familiares en asociaciones de TCA puede ser útil.
Recuerda que cuidarte a ti mismo es una forma de cuidar a tu ser querido.
Navidad y TCA, poco a poco, con empatía y afecto
Las fiestas son una oportunidad para estrechar lazos y celebrar lo más importante: estar juntos. Acompañar a un familiar con un TCA durante la Navidad no tiene que ser perfecto, solo sincero y lleno de pequeños gestos de apoyo.
Haz de esta Navidad un espacio seguro, donde el respeto y la comprensión prevalezcan sobre los desafíos. Ver a tu familiar por lo que es, no por lo que come o deja de comer, puede ser el mayor regalo que le des este año.
Pequeños gestos, como escuchar sin juzgar o respetar su espacio, pueden sembrar esperanza no solo en Navidad, sino durante todo su proceso de recuperación.
Autora:
Mónica Zafra García
Estudiante de Grado de Psicóloga en el Centro de Enseñanza Superior Cardenal Cisneros (UCM)
Alumna de prácticas en Enlaza Psicología